¿A vivir, me invitas?
Mejor invítame a beber.
Vivir es correr entre lobos
esquivando las dentelladas.
¿La vida, me ofreces?
Mejor ofréceme una jarra.
La vida es una carga pesada
que uno debe arrastrar a ciegas
por entre la tierra quemada.
¿La realidad, me propones?
Prefiero el whisky de malta.
La realidad tiene aristas
Y puntas afiladas.
¿Debo pisarla con la cabeza descalza?
espera, que tome un trago
para suavizarlas.
para suavizarlas.
Si eso es todo lo que me vas a ofrecer,
mejor no me ofrezcas nada,
y déjame llenar la copa de nuevo.
Lo que para ti es verdad, para mí es resaca.
Genial, tío.
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