Dios ama a todas sus
criaturas.
Pero yo no soy una de ellas.
Mi creador es mezquino,
mi creador es humano.
Y me repudió.
Dios encargó al hombre que
diera un nombre
a todas las criaturas.
Mi creador no ha juzgado
oportuno
Darle uno a la suya.
Pero lo prefiero así, porque
innominado
es más fácil ser olvidado.
Mi creador me hizo más que
humano
y la humanidad, como él,
me ha repudiado.
Pero ahora que sé de lo que
sois capaces
Creo que he salido ganando.
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